Qenqo
Cusco Perú
Una de las rutas turísticas que está siendo cada vez más demandada por los visitantes que llegan al Cusco, es la visita al Complejo Arqueológico de Qenqo. Ubicado a tan solo 15 minutos del centro de la ciudad, sobre una alta colina, este importante destino -que fungió como centro de adoración inca-, llama la atención por su gran número de construcciones hechas a base de roca labrada.
Como su nombre en quechua -que significa laberinto- lo indica, este lugar deslumbra por sus misteriosas galerías subterráneas e innumerables canales que en conjunto forman un impresionante laberinto que se extiende por todo el terreno. Sin embargo, la experiencia no queda allí; y es que, muy cerca del complejo, puedes recorrer el fascinante bosque de eucaliptos lleno de imponentes árboles cuya belleza natural te dejará maravillado.
Conoce, a continuación, todo lo que significó este importante complejo arqueológico durante la época de los incas y toma en cuenta las siguientes recomendaciones para que le saques el máximo provecho a tu visita.
Un santuario inca con un mundo de secretos por descubrir
Al centro de Qenqo se levanta una gran roca que antiguamente fue esculpida con imágenes de pequeños sapos y monos, pero que luego fue destruida durante la época de la colonia. Esta piedra sagrada está rodeada por un gran muro semicircular, parecido a un amplio anfiteatro, y cuya explanada era lugar para la práctica de todo tipo de rituales. La arquitectura de esta enorme pared de piedra incluía un conjunto de hornacinas que servían para colocar a los cuerpos momificados de los incas que pertenecían a la nobleza.
Todo lo que se observa en Qenqo fue tallado con incontables figuras y escalinatas trabajadas de manera magistral, lo que demuestra el extraordinario talento que poseían los maestros artesanos de aquella época. En la parte más alta, destacan dos pequeñas formaciones rocosas que, según historiadores, se trata de un reloj solar que servía a los sacerdotes y astrónomos para medir el paso del tiempo.
Curiosamente, durante el solsticio de invierno, los primeros rayos solares que llegan a Qenqo, caen sobre estas rocas, formando una extraña figura que se asemeja a un puma de ojos brillantes. Muy cerca del reloj solar, se encuentra un estrecho canal por donde probablemente fluía la sangre de los animales sacrificados durante los rituales religiosos.
En la planta baja, el acueducto se divide en tres pequeñas canaletas. Según diversas teorías, para los sacerdotes andinos, si la sangre fluía por el centro, significaba que el sacrificio era del agrado de los dioses. De lo contrario, simbolizaba el comienzo de una época con los peores augurios.
En los rincones más ocultos del santuario, por debajo de la superficie, encontrarás un conjunto de galerías subterráneas conformado por estrechos caminos que forman un gran laberinto sin fin. Algunos de los pasajes conducen a una enigmática cámara que es una verdadera obra maestra del tallado en roca. Como si la piedra fuera un material sencillo de trabajo, los incas la labraron formando todo tipo de elementos, como hornacinas, escaleras y altares de sacrificios.
Estos misteriosos sótanos aún tienen muchas historias que contar, pues, según las huellas encontradas, se cree que en su interior no solo se embalsamaba cadáveres de nobles e importantes personajes incas, sino que también se realizaban sacrificios humanos realizados en secreto.
¿Cómo llegar?
Para visitar Qenqo puedes hacerlo de dos maneras: en transporte público o a través de una agencia de viajes. Si elijes la primera, puedes encontrar muchos buses en los alrededores de la Plaza de Armas que te dejarán muy cerca del complejo. El ingreso tiene un costo de 70 soles.
Por otro lado, si deseas conocer más sobre las historias y secretos que esconde este lugar, puedes contratar una agencia turística local que incluye el servicio de guía que te acompañará durante todo el recorrido. El precio de estos paquetes es de 150 soles aproximadamente.
Luego de tu visita por el complejo arqueológico, no dejes de dar también un tranquilo paseo por el bosque de eucaliptos donde tendrás momentos de conexión pura con la naturaleza, además de sacarte las más increíbles fotografías. La entrada es gratuita.